Salud y Bienestar
Más allá del sabor: el impacto oculto de los refrescos en el hígado
Los refrescos esconden un oscuro secreto que pone en riesgo el funcionamiento del hígado, según alerta la Organización Mundial para la Salud (OMS).
El organismo internacional precisa que a alta concentración de azúcares, principalmente fructosa, presente en estos productos, se convierte en una verdadera bomba de tiempo para el cuerpo.
Al consumir refrescos se traslada al organismo una cantidad excesiva de fructosa que el hígado tiene dificultades para procesar.
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Esta sobrecarga metabólica se traduce en una acumulación de grasa en las células hepáticas, dando lugar a una condición conocida como hígado graso no alcohólico.
El hígado graso, si no se trata a tiempo, puede evolucionar y desencadenar una serie de complicaciones graves. La inflamación crónica, fibrosis y, en casos más avanzados, cirrosis, son algunas de las consecuencias de este problema.
Además, el consumo excesivo se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y la obesidad.
Cómo proteger tu hígado
Hay alternativas naturales que pueden ayudar a proteger el organismo.
-Reducir o eliminar el consumo de refrescos es el primer paso para cuidarlo.
-Se recomienda optar por agua, infusiones o jugos naturales sin azúcar añadido.
-Una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras y alimentos integrales, también es fundamental para mantener el cuerpo sano.
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